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Qué es la Prevención de Pérdida de Datos o DLP

La información es un activo crucial para cualquier empresa, así como para los particulares, y no podemos olvidar que vivimos en plena era digital. Eso implica que la ciberseguridad y la protección de todos nuestros datos se ha convertido en una de nuestras grandes preocupaciones. Y para garantizarla, emergen herramientas tan importantes como la conocida como DLP, o Prevención de Pérdida de Datos. Hoy vamos a adentrarnos en qué es DLP, cómo funciona y, además, cuáles son los distintos tipos que puedes hallar ahora mismo. Sigue leyendo, porque no te lo vas a querer perder. 
Miguel Barbancho

Miguel Barbancho

ilustración de prevención de pérdida de datos o DLP

Qué es DLP (Data Loss Prevention) 

Comencemos con lo más básico: ¿qué significan las siglas DLP? Provienen de Data Loss Prevention, que podríamos traducir en español como Prevención de Pérdida de Datos. Cuando hablamos de DLP, en realidad estamos hablando de una gran cantidad de herramientas, tecnologías y estrategias que se diseñan para evitar que alguien puede acceder a la información sensible que almacenamos en nuestros dispositivos. 

Es decir, que su objetivo principal es protegernos de incidentes que pudieran comprometer todos nuestros datos. Esto es interesante como particulares, pero también lo es para las empresas, que almacenan datos de todos sus clientes. Además, también garantiza que ningún usuario pueda enviar datos comprometidos o sensibles fuera de la red corporativa.  

Al hablar de DLP, hablamos de unas herramientas de gestión que revisan las redes, y ayudan a controlar en todo momento la información que se pudiera estar compartiendo. Estas herramientas traen consigo tanto softwares como otro tipo de soluciones, todas ellas complementarias entre sí y unidas a políticas internas de las propias entidades. 

Cómo funciona 

El funcionamiento de DLP se basa en identificar, monitorizar y controlar por completo todos los flujos de datos que tienen lugar en una red. De esta manera, se usan técnicas como el análisis del contenido que se almacena en la nube. Además, se hace un seguimiento de actividad para así detectar vulnerabilidades y, sobre todo, patrones que pudieran ser sospechosos. 

En cuanto se detecta una amenaza, DLP pasa a aplicar medidas de protección de forma automática. Por ejemplo, puede realizar un bloqueo completo de transferencias, o realizar el cifrado de datos. O incluso puede generar alertas, para que sean los propios administradores los que se encarguen de tomar las acciones pertinentes. 

Tipos de DLP 

Hay diferentes tipos de DLP, dependiendo de las aplicaciones que se busquen y de cuáles son sus características concretas: 

  • DLP de red: monitoriza en todo momento el tráfico de datos dentro de la red. Además, se encarga de identificar todas las transferencias de información que no hayan sido autorizadas, y las bloquea automáticamente. 
  • DLP de almacenamiento: en este caso, se centra en todos los archivos almacenados en bases de datos, en servidores de archivos o incluso en sistemas de gestión de contenido. Su finalidad es protegerlos al máximo, garantizando tanto su confidencialidad como su integridad. 
  • DLP de endpoint: se encarga de proteger todos los dispositivos finales, desde ordenadores hasta teléfonos, tablets o incluso unidades de almacenamiento como discos duros. De esta manera, protege la posible filtración de datos a través de estos. 
  • DLP Cloud o en la nube: este va más allá de los dispositivos físicos, o de los entornos cercanos, y asegura también todos aquellos datos que hayamos almacenado en la nube. Crucial para empresas que tienen trabajadores a distancia y comparten de esta manera los archivos. 

Principales causas de pérdida de datos 

Cuando hablamos de pérdidas de datos, hemos de tener en cuenta que las causas pueden ser muy diversas. Porque no solo se deben a algún tipo de ransomware o malware, sino que también puede haber algún de tipo e negligencia por parte del equipo humano. Las causas más comunes suelen ser las siguientes: 

  • Descuido por parte de alguna persona. Como, por ejemplo, enviar información confidencial a un correo no autorizado por error, o perder un dispositivo de almacenamiento de datos. Algo que puede parecer a priori un simple error, puede conllevar una filtración de datos sensibles para nuestra empresa. 
  • Ataques cibernéticos por parte de ciberdelincuentes, que pueden buscar vulnerabilidades en los sistemas informáticos y aprovechar para robar información. 
  • Malware o ransomware, o cualquier tipo de software malicioso que hubiera sido diseñado para robar datos. Este puede infectar nuestro dispositivo o nuestro sistema, y comprometer nuestra ciberseguridad. 
  • Fugas internas, llevadas a cabo por empleados descontentos o malintencionados. 

Prevención: prácticas recomendadas 

¿Cómo evitamos que todo esto pueda suceder? En primer lugar, recomendamos llevar a cabo la implementación de tecnologías DLP para así monitorizar los flujos de información y protegerlos al máximo. Tras esto, también es importante llevar a cabo un cifrado de datos de toda aquella información que pudiéramos considerar sensible. Además, es crucial garantizar su confidencialidad, y saber quién es exactamente el personal autorizado. 

Junto con esto, sería interesante establecer políticas claras de seguridad de datos, y formar a los empleados para que comprendan todos los riesgos de la seguridad de datos. De esta manera, sabrán cómo trabajar con la información sensible de forma segura. Por supuesto, es crucial que haya siempre datos clasificados y accesos autorizados. 

De vez en cuando, sería recomendable realizar auditorías de ciberseguridad, para así identificar las posibles vulnerabilidades y ver en qué se puede mejorar. Así, mantendremos nuestros equipos y sistemas actualizados y garantizaremos su protección. 

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